Tantas veces que has estado allí para levantarme cada vez que caigo, para sostenerme cuando ya no puedo más.
Cada día me das energías para seguir viviendo, para no temerle a la vida y seguir adelante.
Me has enseñado a no temerle a los obstáculos, a superarlos dependiendo sólo de mí.
Me has enseñado a valerme por mi misma, a tener en cuenta que uno está sola en esta vida.
Me has enseñado a ser transparente, a hacer de mis palabras y argumentos armas de defensa. Me has mostrado lo bella que es la vida cuando se toma con tranquilidad.
Me has enseñado a caminar paso a paso, a aprovechar los días al máximo como si fueran el último, a apreciar la gente que realmente está cerca tuyo.
Me has enseñado a respetar la muerte, y a verla sólo como una etapa que debe llegar, que no hay que temerle.
Me has enseñado a ser una mejor persona, has enriquecido mi madurez a través de tus lecciones, de tus vivencias. Me has nutrido de nuevas experiencias que no encontraría en otro lugar.
Has unido cada una de mis experiencias para hacer de mí una persona completa.
Le has dado vida a mi vida desde el primer momento que llegaste.
Lo único que me queda por decirte es Gracias,
gracias por ser como eres, por ser uno de los pilares fundamentales en mi vida. Gracias por ser mi cable a tierra cuando nadie más puede serlo, cuando estoy sola. Gracias por enseñarme que la vida es sólo una etapa de nuestra existencia; gracias por motivarme cuando estoy destrozada; gracias por hacerme sentar cabeza, por decirme claramente las cosas tal y como son. Gracias por tu honestidad; gracias por no defraudarme cuando todos están en tu contra injustamente. Gracias por hacer de tus errores lecciones de vida. Gracias por estar en mi vida en todos estos más de 4 años; gracias por haber venido, por haberme entregado ese día y noche maravillosos, gracias por hacerme sentir una euforia y un amor inexplicable. Gracias por existir.
Son tantas las experiencias que he logrado pasar con tu ayuda, que sólo me queda decirte GRACIAS POR TODO, y felices 31 años.
Cada día me das energías para seguir viviendo, para no temerle a la vida y seguir adelante.
Me has enseñado a no temerle a los obstáculos, a superarlos dependiendo sólo de mí.
Me has enseñado a valerme por mi misma, a tener en cuenta que uno está sola en esta vida.
Me has enseñado a ser transparente, a hacer de mis palabras y argumentos armas de defensa. Me has mostrado lo bella que es la vida cuando se toma con tranquilidad.
Me has enseñado a caminar paso a paso, a aprovechar los días al máximo como si fueran el último, a apreciar la gente que realmente está cerca tuyo.
Me has enseñado a respetar la muerte, y a verla sólo como una etapa que debe llegar, que no hay que temerle.
Me has enseñado a ser una mejor persona, has enriquecido mi madurez a través de tus lecciones, de tus vivencias. Me has nutrido de nuevas experiencias que no encontraría en otro lugar.
Has unido cada una de mis experiencias para hacer de mí una persona completa.
Le has dado vida a mi vida desde el primer momento que llegaste.
Lo único que me queda por decirte es Gracias,
gracias por ser como eres, por ser uno de los pilares fundamentales en mi vida. Gracias por ser mi cable a tierra cuando nadie más puede serlo, cuando estoy sola. Gracias por enseñarme que la vida es sólo una etapa de nuestra existencia; gracias por motivarme cuando estoy destrozada; gracias por hacerme sentar cabeza, por decirme claramente las cosas tal y como son. Gracias por tu honestidad; gracias por no defraudarme cuando todos están en tu contra injustamente. Gracias por hacer de tus errores lecciones de vida. Gracias por estar en mi vida en todos estos más de 4 años; gracias por haber venido, por haberme entregado ese día y noche maravillosos, gracias por hacerme sentir una euforia y un amor inexplicable. Gracias por existir.
Son tantas las experiencias que he logrado pasar con tu ayuda, que sólo me queda decirte GRACIAS POR TODO, y felices 31 años.
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